lunes, 16 de febrero de 2015

ROUSSEAU

Esta entrada se caracteriza por ser un comentario crítico. 

Rousseau formó parte de las primeras teorías de la modernidad pedagógica en el siglo XVIII. 

Rousseau defendió la nueva creencia en el naturalismo que aplicó a la educación, el sentimiento y las emociones pueden conducir a la verdad intuitiva y a la felicidad. La educación natural trata de enseñar al discípulo, por medio de su intervención personal, a guiarse en el mundo y resolver sus propios problemas y a asumir la disciplina según las reglas que indiquen sus mayores. La finalidad educativa era que la creciente capacidad del niño estaba por encima de un programa de estudios. Su modelo pedagógico se basaba en dos principios normativos: la educación debe llevarse a cabo conforme a la naturaleza y la primera educación debe ser negativa. En cuanto a la primera normativa, hay que entender a la naturaleza como las disposiciones primarias o hábitos no alterados por la instrucción, la educación debe centrarse en el conocimiento natural del niño. Y en cuanto a la educación negativa debe preservar el niño su corazón contra el vicio y su espíritu contra el error. 

La educación de Rousseau como he mencionado antes se basa en la educación naturalista. Esta educación es una educación ideal para las escuelas, pues dejan que el niño aprenda por sí mismo aunque el profesor pueda dictarle unas normas o leyes que debe cumplir sin llegar a perjudicar a los demás. Esta educación además hace que el niño sin ayuda de nadie pueda solucionar los problemas por si solo y sepa enfrentarse a la vida diaria y las dificultades que se le presenten. Si el niño aprende o se deja influenciar por las ideas de los demás, no se estará desarrollando en su naturaleza y un niño debe recibir una educación sin unas costumbres porque el niño irá descubriendo el mundo por las vivencias de uno mismo. En cuanto a la educación negativa es una buena forma de ver su aprendizaje, los niños aprenderán más si cuando cometen un error no son castigados porque ellos mismos verán las consecuencias de su acto erróneo y ellos mismos las sufrirán.  

Debemos dejar que los niños sean quiénes experimenten y sufran aunque lo veamos como una manera inhumana porque en verdad si dejamos que ellos mismos cometan los errores , serán ellos quienes los corrijan y quienes lleven a cabo distintas soluciones sin llegar a realizarlas de nuevo.

                










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